domingo, 22 de febrero de 2009

SONETO SOBRE LA RED DE AMOR, Hernando de Acuña



Dígame quién lo sabe:
¿cómo es hecha la red de Amor,
que tanta gente prende?

¿Y cómo,
habiendo tanto que la tiende,
no está del tiempo ya rota o deshecha?

¿Y cómo es hecho el arco que Amor flecha,
pues hierro ni valor se le defiende?
¿Y cómo o dónde halla, o quién le vende,
de plomo, plata y oro tanta flecha?

Y si dicen que es niño,
¿cómo vienea vencer los gigantes?
Y si es ciego,
¿cómo toma al tirar cierta la mira?

Y si, como se escribe, siempre tiene
en una mano el arco, en otra el fuego,
¿cómo tiende la red y cómo tira?

miércoles, 18 de febrero de 2009

FRASES DE MAFALDA


  • "No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta..."
  • "Todos creemos en el país, lo que no se sabe es si a esta altura el país cree en nosotros."
  • "Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre."
  • "Dicen que el hombre es un animal de costumbres, mas bien de costumbre el hombre es un animal."
  • "Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo Importante."
  • "Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas."
  • "Siempre es tarde cuando la dicha es mala."

miércoles, 11 de febrero de 2009

Hablas de Silencio, Daniel Battilana

Hablas del silencio
y lo pronuncias.

Las palabras encallan
en un significado cualquiera.

Dices haber
atravesado la línea
luego entenderás.

Mirar al cielo
entorpece con destrezas.

Es incomparable
acaparar el día.
Destreza es
ver lo circular
del arcoiris.
La palabra despojada
de su penuria
ver llover
yo viendo llover.

Palabras que anteceden
sólo coraza de dichas
en gestos.

Daniel Battilana. Poeta, narrador y ensayista. Músico.

sábado, 7 de febrero de 2009

UN PUERTO DONDE ANCLAR

Muchas veces decidimos romper con esa vida a la cual entramos siguiendo el mandato familiar. Como si estuviéramos en un barco sin puerto seguro saltamos al océano, sin más víveres que nuestro inconformismo y la necesidad de ser protagonistas de nuestra propia historia. Es en ese océano donde encontramos desolación, amores que se ahogan e ilusiones que, insoladas y desesperadas de sed, se aferran a la primera gota de agua que encuentran, aunque esta no las sacie.
Así empezamos a construir otro barco, nuestra propia historia, todavía sin pensar en un puerto donde anclar. Y con ese barco vamos construyendo nuestra fortaleza, cargando nuevos amores, desengaños, deseos, ilusiones, desilusiones. Atravesamos tempestades, las resistimos, nos reconstruimos. Con cada tormenta pensamos en reforzar la fortaleza, sin darnos cuenta que nuestro encierro es cada vez mayor. Y llegamos a la mitad del viaje, la fortaleza es segura. Tememos a las tempestades por lo tanto nos aseguramos de que todas las puertas estén bien cerradas. Pero por algún lugar entra un rayo de luz que nos recuerda que afuera la vida sigue aun sin nosotros. Es entonces cuando escuchamos el eco de nuestra propia voz y suena vacía, hemos pasado demasiado tiempo con nosotros mismos. La fortaleza comienza a derrumbarse desde adentro. Un grito interno nos sacude: ¡debes atreverte a salir! Pero cómo, ¿con qué armas?, ¿cómo evitamos las tempestades? Las preguntas comienzan a sonar cada vez más fuerte y buscamos las respuestas en nuestra propia historia. Tomamos cada experiencia, la analizamos, pensamos en nuestros errores, tememos a volver a equivocarnos. Pero, cada experiencia es única, como cada tormenta. Nos damos cuenta entonces que tenemos la fuerza para reconstruir, ya lo hemos hecho durante gran parte del viaje. Es hora de dejar de temer, juntar nuestros éxitos y fracasos, unir todas las piezas y buscar un puerto donde anclar. A ese puerto llegaremos con temores, tendremos ganas de volver a la fortaleza. Podremos volver cuando queramos. Pero este viaje es solo de ida, cada milla que avancemos será única. Entonces por qué no anclar. Protegernos de las tempestades no evitará sufrimientos sino que nos privará de vivir.
VERONICA QUIROGA

viernes, 6 de febrero de 2009

SI MIS MANOS PUDIERAN DESHOJAR, FEDERICO GARCIA LORCA

Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.
Yo pronuncio tu nombre,
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia
¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma
¿qué otra pasión me espera?
¿será tranquila y pura?
¡¡si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!!

La uva y el vino, Eduardo Galeano

Un hombre de las viñas habló, en agonía, al oído de
Marcela. Antes de morir, le reveló su secreto:
- La uva . le susurró . está hecha de vino.
Marcela Pérez-Silva me lo contó, y yo pensé: Si la uva
está hecha de vino, quizá nosotros somos las palabras
que cuentan lo que somos.

martes, 3 de febrero de 2009

FUNCIÓN DEL ARTE 1

Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedo mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
- ¡Ayúdame a mirar!
Autor: Eduardo Galeano. El libro de los abrazos
En algunas ocasiones, cuando leemos algo, a menos que tengamos un análisis profundo o una explicación del autor, las interpretaciones que podemos darle son muchísimas.
Cuando leí La Función del Arte el primer impacto fue de desesperación y me recordó la Alegoría de la Caverna. Los humanos vivimos en la ignorancia, engañados por nuestras percepciones, por los sentidos, y muchas veces somos incapaces de contemplar, cerramos los ojos al mundo de las ideas, del conocimiento. Solo aquellos capaces de superar el dolor que supondría liberarse de las cadenas podrán contemplar el mundo con sus propios ojos.
Debemos siempre mirar hacia la luz, aunque nos duelan los ojos!
Dejar que ese mar estalle ante nuestra mirada.