sábado, 30 de agosto de 2008

Fe de erratas, Ivan Noble

Donde dice "mi cielo"
debiera decir "no me alcanza"
Cuando digo "te espero",
que conste, te pido revancha
Donde dice "certezas",
debería decir "disparates"
Debiera decir "flor de idiota"
si juro "jamases"Donde fui un mamarracho
debería haber sido una sombra
Cuando era más joven debiera haber sido más cosas
Donde digo "hasta siempre",
debería decir "ya veremos"
Cuando muero por vos
debería morirme de viejo
Porque a veces me escucho
y hay veces que me doy la espalda
y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas
de mi corazón...
Debiera decir "cobardía"
donde digo "por las dudas"
Cuando soy un cretino
debiera serlo sin mayúsculas
Cuando pido "socorro",
debería decir "no me quejo"
Donde empiezan tus piernas
debieran quedarse mis besos
Cuando juego a perderte,
debería perder sin excusas
Debería decir "¿para qué?"
cuando digo "me sobra"
Donde pido "olvidáme",
debería aclarar "no es urgente"
Cuando digo "futuro"
debiera avisar "no me corras"
Lo que sueñan mis sueños
a veces lo embarran mis ganas
y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas
de mi corazón...
Porque a veces me escucho
y hay veces que me doy la espalda
y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas.
Fe de erratas: donde dice "debería",
debe decir "debiera" o "debiese".


http://www.sitiodeletras.com/mostrar.php?lid=11327&artista=Ivan%20Noble&titulo=Fe%20de%20erratas

viernes, 29 de agosto de 2008

miércoles, 27 de agosto de 2008

CANSANCIO, Oliverio Girondo


Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.
Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabré si es el mismo
que usé mientras vivía.
Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.
Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.
http://amediavoz.com/girondo.htm [27/08/2008 07:47:10 p.m.]

sábado, 23 de agosto de 2008

La luna y la rosa, Miguel de Unamuno

En el silencio estrellado
la Luna daba a la rosa
y el aroma de la noche
le henchía -sedienta boca-
el paladar del espíritu,
que adurmiendo su congoja
se abría al cielo nocturno
de Dios y su Madre toda...
Toda cabellos tranquilos,
la Luna, tranquila y sola,
acariciaba a la Tierra
con sus cabellos de rosa
silvestre, blanca, escondida...
La Tierra, desde sus rocas,
exhalaba sus entrañas
fundidas de amor, su aroma ...
Entre las zarzas, su nido,
era otra luna la rosa,
toda cabellos cuajados
en la cuna, su corola;
las cabelleras mejidas
de la Luna y de la rosa
y en el crisol de la noche
fundidas en una sola...
En el silencio estrellado
la Luna daba a la rosa
mientras la rosa se daba
a la Luna, quieta y sola.

lunes, 18 de agosto de 2008

Tus Últimas Sonrisas Inocentes

Un dia de febrero muerto.
Una de tus últimas sonrisas inocentes.
La lluvia anunciando el otoño.
Una mirada traspasando el ventanal
Con el pensamiento del amor.
Ahora todo aquello
fundido en una incierta esperanza.
Lejos de mi
Todo vive aún sin mi presencia.
Fantasmas de mis cosas reinventando hechos,
Y tu sonrisa
Tu sonrisa,
Una de tus últimas sonrisas inocentes.
Nicolás Frega, 1—03-08


¡¡Gracias Nicolás por permitirme poner tus obras en mi humilde espacio!!
Vero

sábado, 16 de agosto de 2008

Permitidme Tutearos, imbéciles. Por Arturo Pérez-Reverte

Paso varias horas en la computadora, navegando por este tan cuestionado medio, internet. Un arma de doble filo, sin dudas, o la pones a tu favor o te destruye el cerebro. De esas horas que quizás parecen perdidas rescato la gran ventaja de tener acceso a tantísima información que de otra forma me sería imposible. Hoy quisiera compartir este artículo que encontré de un autor español, Arturo Pérez Reverte, y "hacer mías" sus palabras. Imagino este artículo adaptado a un auténtico lunfardo y con personajes argentinos. A más de uno me gustaría que llegaran estas palabras, a más de uno quisiera yo ofender con tanta altura!!. Verónica Quiroga


Permitidme tutearos, imbéciles

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros
casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la
izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de
la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de
partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros
y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No
quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la
madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en
vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o
treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país
de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes
irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la
Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad
de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De
quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que
España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes
carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien
cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos
estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra
arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta
contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada.
Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe
Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa
de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser
ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que
durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el
amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en
materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio
de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada
cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos
distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País
Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la
Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de
Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años
de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el
subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso
histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de
afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos
españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no
sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha
fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la
sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje:
el chat y el sms». Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo
comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real
Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más
determina la educación de cada generación es la educación de sus
padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas
generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del
país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos
mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes
pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente
buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del
hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres
felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus
educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos
cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar
en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios
apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la
culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate,
descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos
culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de
Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián
Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el
franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel
Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro
Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre
los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro
tiene un imbécil que un malvado.

Arturo Pérez-Reverte

Pecho en tierra, Jaime Torres Bodet

Ya se habrán apagado todas las lámparas de la iglesia en los ojos de la lechuza
y las crines de mil caballos eléctricos
habrán incendiado, al huir, todas las salidas del bosque
-poeta de la bayoneta calada-,
cuando la reseca luz de ese otoño que principia del otro lado del mundo
te sorprenda, en mitad del campo,
con un grito inmóvil, mordido por la boca sin congelar.
¡Qué difícil,
junto a las mazorcas podridas por el olor de la pólvora,
a unos cuantos centímetros
de la fuente que el cielo recobra todos los días,
en la majestad de la madrugada que sólo tú no interrumpes,
qué difícil le ha de parecer a tu alma
distribuir este año sin estaciones,
esta eternidad sin semanas, ni cuartos de hora, ni siglos,
este minuto representado
por una serpiente inmutable que se muerde a sí misma la cola!
Tú,
que no creías en las flores envenenadas,
¡cómo te apartas, ahora, del cáliz de esta simple belladona silvestre!
¡Cómo la temes!
Porque todo ha cambiado, desde hace veinticuatro segundos,
en el reglamento de tu infantería para fantasmas
y los toques no son los mismos, la derecha y la izquierda del cuerpo no son las mismas...
Todo.
Pero la última orden fue ¡Pecho en tierra!
Creedlo sin más preguntas de vuestros pájaros,
maizales de lacias hojas, aldeas, volcanes, tigres,
este uniforme de cinco sentidos paralizados
olió, escuchó, tocó, miró y gustó con más raíces el mundo
que la más alta de vuestras encinas
o la más desgarradora de vuestras zarpas.
Este laberinto de músculos y de huesos
en que la sangre no sabe ya cómo circular sin endurecerse
y la voz se anuda a la lengua para no hacer pedazos el cráneo
tuvo también su Dirección de Teléfonos
y sus cinematógrafos de sesiones parlantes
y su salón de conciertos en que una orquesta invisible
está ejecutando todavía la Pastoral.
Creedlo también vosotras.
Sobre todo vosotras, aguilitas de bronce, tenaces,
que la muerte no consiguió hacer huir de las cartucheras.
Y vosotras, manchas de fango,
que entre el oficio de nutrir a una dalia y el de sepultar a una mosca,
no vacilasteis.
Porque el destino de vuestra oscuridad consistía probablemente
en condecorar este pantalón moribundo,
este cinturón sin hebillas
y estos crueles zapatos que no quisieron a tiempo enseñarle la ruta.
La fuerza que habitó en estos miembros,
el huésped que pobló de agujeros las paredes de esta casa vacía
no era un loco.
Tampoco era un fabricante de clavos,
ni un vendedor de rollos de música para pianolas,
ni el impresor de un periódico para ciegos.
Y por eso esta flor caída no sé de dónde, en sus labios,
no durará mucho tiempo.
Lo siento.
No obstante
es preciso pensar que a cierta hora de un reloj de pulsera
cierta voz, cierta queja -únicas- faltarán esta noche en el mundo.
Entristecerse de la ventana
en cuyo marco solamente el retrato de una doncella enlutada
verá concluir el estío.
Y sufrir
por esa pipa que morirá sin haber conocido el sabor del tabaco rubio,
por ese vestido nuevo
que se quedó planchado para ir a la ópera,
por esa pluma-fuente que no volverá a escribir de memoria mi nombre.
Pero no lo compadezcamos.
No lo sepultaremos con lágrimas.
Un caballo loco ha pasado relinchando sobre su cuerpo.
Un gorrión le picotea aún el maíz de los dientes.
Otro quisiera ya humedecerse las alas en el agua de su bayoneta desnuda.
Y no diríamos que está muerto
si por el clavo más pequeño de sus zapatos felices
la lluvia que le barniza las suelas no lo empezara alegremente a oxidar.

Sur [Publicaciones periódicas]. Otoño 1931, Año I, Buenos Aires - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

viernes, 8 de agosto de 2008

LA GENTE QUE ME GUSTA, por Mario Benedetti

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados.
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.
Mario Benedetti

Regalo de un amigo. Gracias G.!!! Me encanta Mario Benedetti y estoy totalmente de acuerdo con estas palabras!!! Increible!!

martes, 5 de agosto de 2008

ESTOY SENTADO COMO UN INVALIDO EN EL DESIERTO DE MI DESEO DE TI, de Juan Gelman

Me he acostumbrado a beber la noche lentamente, porque sé que la habitas, no importa dónde, poblándola de sueños.
El viento de la noche abate estrellas temblorosas en mis manos, que aún no se conforman, viudas inconsolables de tu pelo.
En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste y a veces les daría la libertad que exigen para volver a ti, con el helado filo del cuchillo.
Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en mí, que si me muero a ti te moriría.

lunes, 4 de agosto de 2008

Parte de la letra de "La Luna Me Sabe A Poco", de Marea

le dije que a la noche por los poros me salían mares,
soñando que me hablaba y me agarraba a sus cuerdas vocales,
que no hay quien pueda dormir escuchando mi latir,
que parece que está masticando cristales,
tengo un gato en las entrañas,
un tembleque en las pestañas
y muy poco tiempo,
si me dice que ya nos veremos,
voy rompiendo las persianas
pa dejar por mi ventana el camino abierto,
si se cansa de andar por el suelo, pondremos el mantel,
tu quédate a mi lado,
a comernos al amanecer lo que quieran las manos,
y de postre un sol maldito que termine de volverme loco,
que ya sabes que la luna a mí siempre me sabe a poco.

domingo, 3 de agosto de 2008

Mi modestísima, mediocre y humilde poesía

Si vivieras.
Si titubearas, si dudaras,
si tus pupilas se movieran,
si tu rostro sonrojara...
Si te tocaran, si te movieran,
el Hambre,
la Guerra,
la Sed.
Si lo sintieras, si lo vivieras...
querrías ya no ser.
Si te atormentaras, si pensaras, si tu corazón latiera, si tu cuerpo sudara...
Si tuvieras sentimientos,
si tus manos sangraran,
comprenderías el mundo
y pedirías un alma.
Verónica Quiroga