sábado, 17 de enero de 2009

En horas de insomnio

Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor,
si peco se me escapa el poder arrepentirme.
No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.
Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.
He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy
me extraño a mí mismo y descubro no vivía.
Autor: Miguel de Unamuno

2 comentarios:

oenlao dijo...

vuestras poesias son parte de un jardin de maravillas, del cual nos regalas algunas. tal vez las maravillas no te pertenescan como las plantas del jardin no son del jardinero.

Unknown dijo...

Manuel Machado dice en su poesía "Jardín Gris"
¡Jardín, jardín! ¿Qué tienes?
¡Tu soledad es tanta,
que no deja poesía a tu tristeza!
¡Llegando a ti, se muere la mirada!
Cementerio sin tumbas...
Ni una voz, ni recuerdos, ni esperanza.
¡Jardín sin jardinero!
¡Viejo jardín,
viejo jardín sin alma!
Que sería de la poesía sin quien la lea, sin jardinero!! Un jardin muerto lleno de tristeza!
GRACIAS POR PASAR POR MI ESPACIO.
BESOS, V