jueves, 13 de septiembre de 2007

Somos esclavos de nuestras palabras

¿Te pasó alguna vez que dijiste algo pensando que mejorarían las cosas y después dijiste: para qué abrí la boca? Bueno, me pasa todo el tiempo. El pez por la boca muere dicen, jeje me imagino la situación, y no aprenden los peces, siguen mordiendo el anzuelo jajaa. Somos guardianes de nuestros secretos y esclavos de nuestras palabras. Sucede que la palabra no es infinita como los pensamientos y los sentimientos, es tan limitada que no alcanza nunca a expresar lo que pasa por nuestra cabeza y nuestro corazón. Podemos usar las palabras para definir una silla por ejemplo, pero aún así, aún existiendo un concepto universal de silla, existen tantas sillas como personas hay en el mundo. La misma silla tiene millones de formas de ser pensada. Por ejemplo, si me decís "silla" la imagen que vendria a mi cabeza es la de una silla ocupada por una persona querida, en un comedor, compartiendo un desayuno, en un lugar cálido, lleno de sonrisas. Mi silla no es la misma silla que la tuya. Así pasa cuando decimos "te amo, te necesito, te extraño" y creemos que el otro entiende lo que decimos. Siempre me pregunté que entenderá el otro cuando digo "te amo". Y cuando empiezo a entender lo que significa para el otro mi te amo, ese te amo se "resignifica". Cada te amo será distinto siempre, aún saliendo de la misma persona, porque cargará con vivencias, experiencias, lágrimas, emociones vividas. Con cada palabra definimos, nombramos nuestro infinito universo interno. Creo que los humanos somos infinitos porque si no lo fuéramos nada nos diferenciaría de los animales. Como explicar esto. Hay quienes dicen que los humanos estamos atrapados en la carcel de nuestro cuerpo y nuestra cabeza, y estamos limitados por esta, que no comprendemos lo infinito. Yo creo que es al revés, que lo infinito existe a partir de nosotros mismos, si no hubiera quien lo pensara (aún sin comprenderlo) no existiría. Creo que todo existe porq lo pensamos, y esos pensamientos son infinitos. ¿Como limitar la vida?. Si la pensamos a través de las palabras ¿podés decir "hay tantos pensamientos como palabras"? Es infinita la combinación de palabras, pero no es infinita su cantidad. Ojalá nuestras palabras y el significado que les da el otro se aproxime al menos un poquito al significado que en realidad les queremos dar. Mientras tanto, en boca cerrada no entran moscas, hay que aprender a decir lo que se siente solo cuando estamos seguros que la otra persona puede aproximarse a lo que queremos transmitir, de lo contrario esas palabras dejarían de ser nuestras.

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