viernes, 13 de julio de 2007

Lo esencial es invisible a los ojos


Johan dejó un comentario en la entrada "Sin Mi" y me gustaría compartirlo con ustedes:
"Claro. Yo me pregunto Vero, los gatos sentirán soledad? Somos acechados por la naturaleza, que nos pide a gritos que seamos parte de un grupo, que seamos el centro de algunas miradas, como si estas empujaran la sangre en nuestras venas. Quién puede soportar el constante peso de la soledad? mmm no che. Yo me siento solo aun cuando estoy acompañado"

Mi respuesta a tu comentario es que muchas veces nos sentimos solos, pero creo que nadie vive en completa soledad. Vivimos rodeados de gente, lo cual no significa que estemos acompañados, pero muchas veces sentirse solo pasa por una decisión propia. Quizas hoy en día la sociedad hace que seamos una suma de soledades, pero en la soledad de otros es donde podemos encontrar la compañía, solo hay que estar abierto a los demás, a entender al otro. Con el simple hecho de preocuparnos por lo que le pasa al otro, ese vacío desparece.
A la foto de los gatitos de "Sin Mi" la elegí especialmente y le agregué esa frase al lado porque para mi esos gatitos representan las cosas simples de la vida, que si sabemos apreciar, podemos descubrir en ellas verdaderos momentos de felicidad. Pero, como dicen "el árbol tapa el bosque", y muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua, estamos tan inmersos en nuestros problemas que no nos damos cuenta de que la solución es más simple de lo que pensamos y está al alcance de la mano. La vida es hermosa, a pesar de los tropiezos. Ser felices y no estar solos es una cuestión de actitud, de como nos paramos ante la vida y ante los demás. Está en nosotros hacer del otro un ser único, como dice el zorro en El Principito "crear lazos" (domesticar y dejarnos domesticar) y hacer que ese ser sea único para nosotros en el mundo y ser nosotros mismos únicos para él, que es en definitiva crear la necesidad el uno del otro.

Quiero dejarles una parte de "El Principito". Quizas debamos reperirnos estas palabras con más frequencia como lo hace el Principito en un esfuerzo porque queden grabadas en su mente y en su corazón.

-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-
Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "
-¿Crear lazos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
...El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes.
Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple :
Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo

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