le dije que a la noche por los poros me salían mares,
soñando que me hablaba y me agarraba a sus cuerdas vocales,
que no hay quien pueda dormir escuchando mi latir,
que parece que está masticando cristales,
tengo un gato en las entrañas,
un tembleque en las pestañas
y muy poco tiempo,
si me dice que ya nos veremos,
voy rompiendo las persianas
pa dejar por mi ventana el camino abierto,
si se cansa de andar por el suelo, pondremos el mantel,
tu quédate a mi lado,
a comernos al amanecer lo que quieran las manos,
y de postre un sol maldito que termine de volverme loco,
que ya sabes que la luna a mí siempre me sabe a poco.
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